martes, 26 de abril de 2011

En leyendo... El invierno de la Corona

Una charradeta bien pincha de El invierno de la Corona de Jose Luis Corral. Ta pensar sobre o pasau y tamién o present...

- Esos aragoneses, siempre tan tercos. Yo mismo sufrí su tozudez: en las Cortes privativas de su reino que celebraron en Zaragoza no me dejaron asistir, pese a ser notario real, porque no era aragonés.


- Ésa es tal vez una de las grandes dificultades que siempre han tenido que salvar los monarcas de la Corona. El rey de Aragón lo es también de Valencia y Mallorca, y es soberano de Cerdeña y conde de Barcelona, Rosellón y Cerdaña y duque de Atenas y Neopatria, y aún así se intitula rey de Córcega. Muchos Estados jalonan una misma corona, pero cada uno de esos Estados tiene intereses bien distintos, a veces contrapuestos y enfrentados. Los nobles aragoneses sólo desean mantener su indepedencia y en todo caso obtener de la corona nuevas tierras que les proporcionen más rentas y más siervos, los mercaderes catalanes aspiran a aumentar sus fortunas, ahora muy menguadas, abriendo nuevos mercados para sus productos, y valencianos y mallorquines esperan con paciencia que los catalanes se arruinen para ocupar su lugar en el comercio mediterráneo. Por su parte, sardos y griegos nada tienen que ver con nosotros, si admiten a regañadientes la soberanía del rey de Aragón, es tan sólo porque consideran que así salvaguardan mejor sus intereses ante las apetencias de sus poderosos y ávidos vecinos. Ésta es la verdadera dificultad para gobernar unos reinos y Estados como éstos – explicó el Canciller.

- Tal vez tengais razón, Canciller, pero os olvidais de algo muy importante – alegó Santa Pau.


- ¿De qué?


- De la voluntad colectiva de permanecer unidos bajo la misma corona.


- La voluntad política suele cambiar cuando cambia el interés económico – dijo el Canciller.

El invierno de la Corona. p. 253. Jose Luis Corral. Heraldo de Aragón 2010.

1 comentario:

Anónimo dijo...

te recomiendo sino lo has leido ya el salon dorado para mi es el mejor libro de Jose Luis corral simplemente magnifico
Un abrazo
octubre17