Una charradeta bien pincha de El invierno de la Corona de Jose Luis Corral. Ta pensar sobre o pasau y tamién o present...
- Esos aragoneses, siempre tan tercos. Yo mismo sufrí su tozudez: en las Cortes privativas de su reino que celebraron en Zaragoza no me dejaron asistir, pese a ser notario real, porque no era aragonés.
- Ésa es tal vez una de las grandes dificultades que siempre han tenido que salvar los monarcas de la Corona. El rey de Aragón lo es también de Valencia y Mallorca, y es soberano de Cerdeña y conde de Barcelona, Rosellón y Cerdaña y duque de Atenas y Neopatria, y aún así se intitula rey de Córcega. Muchos Estados jalonan una misma corona, pero cada uno de esos Estados tiene intereses bien distintos, a veces contrapuestos y enfrentados. Los nobles aragoneses sólo desean mantener su indepedencia y en todo caso obtener de la corona nuevas tierras que les proporcionen más rentas y más siervos, los mercaderes catalanes aspiran a aumentar sus fortunas, ahora muy menguadas, abriendo nuevos mercados para sus productos, y valencianos y mallorquines esperan con paciencia que los catalanes se arruinen para ocupar su lugar en el comercio mediterráneo. Por su parte, sardos y griegos nada tienen que ver con nosotros, si admiten a regañadientes la soberanía del rey de Aragón, es tan sólo porque consideran que así salvaguardan mejor sus intereses ante las apetencias de sus poderosos y ávidos vecinos. Ésta es la verdadera dificultad para gobernar unos reinos y Estados como éstos – explicó el Canciller.
- Tal vez tengais razón, Canciller, pero os olvidais de algo muy importante – alegó Santa Pau.
- ¿De qué?
- De la voluntad colectiva de permanecer unidos bajo la misma corona.
- La voluntad política suele cambiar cuando cambia el interés económico – dijo el Canciller.
- Esos aragoneses, siempre tan tercos. Yo mismo sufrí su tozudez: en las Cortes privativas de su reino que celebraron en Zaragoza no me dejaron asistir, pese a ser notario real, porque no era aragonés.
- Ésa es tal vez una de las grandes dificultades que siempre han tenido que salvar los monarcas de la Corona. El rey de Aragón lo es también de Valencia y Mallorca, y es soberano de Cerdeña y conde de Barcelona, Rosellón y Cerdaña y duque de Atenas y Neopatria, y aún así se intitula rey de Córcega. Muchos Estados jalonan una misma corona, pero cada uno de esos Estados tiene intereses bien distintos, a veces contrapuestos y enfrentados. Los nobles aragoneses sólo desean mantener su indepedencia y en todo caso obtener de la corona nuevas tierras que les proporcionen más rentas y más siervos, los mercaderes catalanes aspiran a aumentar sus fortunas, ahora muy menguadas, abriendo nuevos mercados para sus productos, y valencianos y mallorquines esperan con paciencia que los catalanes se arruinen para ocupar su lugar en el comercio mediterráneo. Por su parte, sardos y griegos nada tienen que ver con nosotros, si admiten a regañadientes la soberanía del rey de Aragón, es tan sólo porque consideran que así salvaguardan mejor sus intereses ante las apetencias de sus poderosos y ávidos vecinos. Ésta es la verdadera dificultad para gobernar unos reinos y Estados como éstos – explicó el Canciller.
- Tal vez tengais razón, Canciller, pero os olvidais de algo muy importante – alegó Santa Pau.
- ¿De qué?
- De la voluntad colectiva de permanecer unidos bajo la misma corona.
- La voluntad política suele cambiar cuando cambia el interés económico – dijo el Canciller.
El invierno de la Corona. p. 253. Jose Luis Corral. Heraldo de Aragón 2010.
te recomiendo sino lo has leido ya el salon dorado para mi es el mejor libro de Jose Luis corral simplemente magnifico
ResponderEliminarUn abrazo
octubre17